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Remordimiento y condenación

Remordimiento y condenación

La Familia Internacional

Definición: Condenarse es culparse a sí mismo, confesarse culpado. El remordimiento es una angustia que surge de sentirse culpable, un recuerdo doloroso de que se ha obrado mal. En la vida cristiana, el remordimiento proviene con frecuencia de no aceptar o creer que se nos han perdonados los errores y pecados cometidos aunque los hayamos confesado.

Diferencia entre remordimiento y condenación: El Señor nos punza la conciencia para que nos arrepintamos, cambiemos de conducta y sigamos adelante con Él.

  • Salmo 109:31 [Dios] se pondrá a la diestra del pobre, para librar su alma de los que le juzgan.
  • Salmo 130:3-4 Si mirares a los pecados, ¿quién, oh Señor, podrá mantenerse? 4 Pero en Ti hay perdón, para que seas reverenciado.
  • 1 Corintios 11:31-32 Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; 32 mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo.
  • 2 Corintios 7:10 [Sentir contrición por los pecados cometidos conduce al arrepentimiento. Sin embargo, la autocompasión, el remordimiento y el orgullo lastimado son causa de desaliento y debilitan:] La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte.
  • Apocalipsis 12:10 Oí una gran voz en el Cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el Reino de nuestro Dios, y la autoridad de Su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos [el Diablo], el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

Para superar el remordimiento se empieza por limpiarse la conciencia confesando los pecados.

  • 2 Samuel 24:10 Después que David hubo censado al pueblo [lo cual Dios le había dicho que no hiciera], le pesó en su corazón; y dijo David al Señor: Yo he pecado gravemente por haber hecho esto; mas ahora, oh Señor, te ruego que quites el pecado de Tu siervo, porque yo he hecho muy neciamente.
  • Salmo 32:3-5 Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. 4 Porque de día y de noche se agravó sobre mí Tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah. 5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; y Tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah.
  • Salmo 34:18 Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos [los arrepentidos] de espíritu. [V. también Salmo 51:17.]
  • Salmo 51:3,10 Yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.
  • Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
  • Isaías 55:6-7 Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. 7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase al Señor, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar.
  • Jeremías 3:12b,13a Misericordioso soy Yo, dice el Señor, no guardaré para siempre el enojo. 13 Reconoce, pues, tu maldad, porque contra el Señor tu Dios has prevaricado.

Creamos que la sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado y aceptémoslo con fe.

  • Juan 3:17,18a No envió Dios a Su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. 18 El que en Él cree, no es condenado.
  • Juan 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye Mi Palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
  • 1 Juan 1:7b,9 Si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado. 9 Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Una vez que hemos confesado y nos hemos arrepentido, Dios no se acuerda de nuestros pecados. Tampoco nosotros debemos recordarlos.

  • Salmo 103:9-13 No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo. 10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. 11 Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció Su misericordia sobre los que le temen. 12 Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. 13 Como el padre se compadece de los hijos, se compadece el Señor de los que le temen.
  • Isaías 44:22 Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a Mí, porque Yo te redimí.
  • Jeremías 31:34 No enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Señor; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. [V. también Hebreos 8:12; 10:17.]
  • Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. [V. también Romanos 5:1.]
  • 1 Juan 3:19-21 En esto conocemos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de Él; 20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro corazón es Dios, y Él sabe todas las cosas. 21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza tenemos en Dios.

No debemos seguir condenándonos a nosotros mismos, aunque nos parezca que los demás no han olvidado y perdonado lo que hicimos.

  • Isaías 50:9a He aquí que el Señor Dios me ayudará; ¿quién hay que me condene?
  • Romanos 8:33-34 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
  • Romanos 14:4 ¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.

Debemos reconocer nuestros pecados, aceptar el perdón que nos brinda Dios y seguir adelante con nuestra vida dándole gloria y honra a Él.

  • Salmo 51:12-13 Vuélveme el gozo de Tu salvación, y espíritu noble me sustente. 13 Entonces enseñaré a los transgresores Tus caminos, y los pecadores se convertirán a Ti.
  • Juan 8:11b [Jesús dice a la adúltera:] Ni Yo te condeno; vete, y no peques más.
  • 2 Corintios 2:7b,8 [También debemos perdonar a los demás a fin de que no los acose el remordimiento.] Al contrario, vosotros más bien debéis perdonarle y consolarle, para que no sea consumido de demasiada tristeza. 8 Por lo cual os ruego que confirméis el amor para con él.
  • Filipenses 3:13b-14 Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
  • Hebreos 12:11-13 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. 12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; 13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.